
La crisis humanitaria en Gaza ha alcanzado niveles alarmantes. En los últimos tres días, 21 niños han muerto por malnutrición y hambre, según denunció el director del Hospital Al-Shifa, Mohammed Abu Salmiya. Las muertes se registraron en varios centros médicos, incluyendo el Hospital de los Mártires de Al-Aqsa en Deir el-Balah y el Hospital Nasser en Khan Yunis.
Abu Salmiya advirtió que los hospitales aún operativos reciben nuevos casos de desnutrición severa constantemente, y que podrían registrarse cifras aún más elevadas si no se restablece el flujo de ayuda humanitaria. La situación se agravó tras el colapso de una tregua de seis semanas, cuando Israel impuso un bloqueo total el 2 de marzo de este año.
La ONU y diversas organizaciones han denunciado que la distribución de ayuda ha sido interferida por el sistema respaldado por Israel y EE. UU., conocido como Gaza Humanitarian Foundation (GHF), que ha desplazado a la red de distribución liderada por la ONU. Desde que comenzó a operar en mayo, más de 1,000 palestinos han muerto intentando acceder a alimentos, muchos de ellos cerca de los puntos de distribución de GHF.
El Secretario General de la ONU, António Guterres, calificó la situación en Gaza como un “espectáculo de horror” y denunció una “destrucción sin precedentes”. Gobiernos de más de 25 países, incluidos aliados de Israel como Reino Unido, Francia y Canadá, han exigido el cese inmediato de la guerra y el libre acceso de ayuda humanitaria.
Imágenes recientes muestran a bebés y niños con signos extremos de desnutrición. Médicos reportan que muchos llegan a los hospitales en estado de agotamiento severo, mientras otros colapsan en las calles. La ONU estima que más de 600,000 personas sufren hambre en Gaza, incluyendo 60,000 mujeres embarazadas.