Puerto Inca se convierte en la nueva capital de la minería ilegal del oro en la selva peruana

Foto: rumbominero.com

Según una investigación del diario El Comercio, la provincia de Puerto Inca en la región Huánuco, se ha transformado en el nuevo epicentro de la minería ilegal del oro en la Amazonía peruana. En lo que va del año, más de 1.050 hectáreas de selva han sido arrasadas por operaciones mineras ilegales, superando ampliamente las cifras registradas en años anteriores y desplazando a Madre de Dios como símbolo de esta actividad ilícita.

La devastación ambiental es alarmante. Zonas como Yuyapichis y áreas cercanas a la reserva privada Panguana han sido invadidas por maquinaria pesada y campamentos improvisados. El uso indiscriminado de mercurio para separar el oro contamina los ríos y suelos, afectando gravemente la biodiversidad y poniendo en riesgo la salud de las comunidades locales.

A pesar de que existen 141 registros en el Reinfo (Registro Integral de Formalización Minera), muchas de las actividades se realizan sin autorización o en concesiones ajenas. La débil presencia del Estado y la limitada capacidad de fiscalización han permitido que los mineros ilegales operen con impunidad. Incluso, fiscales y autoridades locales han sido agredidos durante operativos de interdicción, lo que evidencia el nivel de violencia y resistencia que enfrentan quienes intentan frenar esta actividad.

La situación ha desencadenado una crisis social y ambiental. El alcalde de Puerto Inca, Carlos Navarro, denunció recientemente que la minería ilegal ha destruido la bocatoma de agua potable, dejando a la población sin acceso seguro al recurso. A esto se suma la creciente inseguridad y la amenaza constante de contaminación.

Pero el problema no termina ahí. Investigaciones recientes revelan que la minería ilegal en Puerto Inca está estrechamente vinculada al narcotráfico. En distritos como Codo del Pozuzo, se han identificado más de 700 hectáreas de cultivos de hoja de coca, lo que sugiere una alianza entre ambas economías ilícitas. Además, se ha reportado la presencia de ciudadanos extranjeros y el ingreso de insumos químicos desde Brasil, lo que agrava aún más el panorama.

Puerto Inca representa hoy el rostro más crudo de la minería ilegal en el Perú: un crimen ambiental que avanza sin freno, alimentado por la codicia, la corrupción y la ausencia del Estado. Mientras la selva desaparece a ritmo acelerado, las comunidades locales claman por atención, justicia y soluciones urgentes.

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07.07.2025