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Horas después de que el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara un “cese total de hostilidades” entre Israel e Irán, la tensión en Medio Oriente volvió a escalar. En la madrugada del martes, Irán lanzó una nueva andanada de misiles contra territorio israelí, dejando al menos tres personas muertas y ocho heridas, según informaron los servicios de emergencia israelíes.
El ataque se produjo poco después de que Trump publicara en su red Truth Social que ambas naciones habían aceptado su propuesta de alto al fuego. Sin embargo, la ofensiva iraní —que incluyó el impacto de misiles en zonas residenciales del sur de Israel— puso en duda la vigencia del acuerdo anunciado.
Las sirenas de alerta sonaron durante casi dos horas en varias ciudades israelíes, obligando a la población a refugiarse en búnkeres. Imágenes difundidas por medios locales mostraron edificios gravemente dañados y operaciones de rescate en marcha.
El gobierno israelí, que había confirmado su disposición a respetar el alto al fuego tras considerar cumplidos sus objetivos militares, advirtió que responderá “con contundencia” ante cualquier violación del acuerdo. Por su parte, medios estatales iraníes afirmaron que el ataque fue parte de una última ofensiva antes de la entrada en vigor del cese de hostilidades.
La situación sigue siendo volátil, y aunque Trump reiteró que “el alto al fuego está en efecto”, la falta de confirmación oficial por parte de ambas partes y los ataques en curso generan incertidumbre sobre la estabilidad del acuerdo.
