
Promoción 1976 del Colegio Leoncio Prado Huánuco.
Por: Fortunato Rodríguez y Masgo
La madrugada se alejó llevándose consigo el friolento amanecer, pronto llegará en la cima del jirca Paucarbamba el sol con sus rayos estelares que alumbrará el hermoso valle de los Chupaychus, mientras el cielo azul como sabana comienza extender sobre la apacible ciudad de Huánuco primaveral.
Es mes de mayo, mes de aniversario de nuestro colegio, momento propicio para abrir nuestro baúl de los recuerdos inolvidables vivos en nuestra alma mater y hacer memoria de nuestro eterno lema «donde existe un huanuqueño, late un corazón leonciopradino«, es la expresión de unión entre nuestra tierra huanuqueña con el Colegio Leoncio Prado, es la identidad de nuestro pueblo, es el orgullo de nuestro Departamento, es el patriotismo demostrado en el Combate de Dos de Mayo y en la Guerra contra Chile donde ofrendaron su vida muchos estudiantes huanuqueños.
‘Teacher’ Pastrana
El reloj marca cerca las 10 de la mañana, minutos de reencuentro con un viejo amigo Gerardo Taboada, ambos nos encaminamos a tomar un cafecito con su empanada de gallina en el clásico Café Ortiz, ya en mesa cómodamente sentados, entablamos una tertulia de recuerdo, en primer orden sale a relucir el Colegio Leoncio Prado, ambos somos leonciopradinos y traemos a la memoria el TEACHER PASTRANA, el inolvidable profesor de inglés, quien llegó una mañana al salón de clases y al ver a la totalidad de alumnos, empezó a tomar examen oral y llamo adelante al STUDENT AZAÑEDO, bien estudiante dijo el maestro, diga usted en ingles como se pronuncia ventana, Azañedo inmediatamente respondió: VENTANIASION, prosigue el profesor diga como se dice en ingles puerta, Azañedo responde: PUERTANIASION, haber dijo el teacher, diga alumno como se pronuncia en ingles carpeta, el “loco” responde: CARPETANIASION, diga como se dice en ingles pizarra, nuevamente responde Azañedo: PIZARRANIASION, el teacher respetosamente le invita a tomar asiento, el alumno contento camina hacia su carpeta, pero antes pregunta ¿Profe cuánto es mi nota? El teacher Pastrana responde ¡CERRONIASION!, al instante se escucho una sonora carcajada de salón de clases dejando a Azañedo noqueado en la lona de su carpeta.
Profesor Cotrina
Proseguimos, y recordamos al profesor Cotrina, un correcto maestro, bien severo y exigente en su curso de Historia, quien opto tomar los exámenes de forma oral y revisar el cuaderno de clases permanentemente, alumno que no respondía el examen oral inmediatamente recibía su “cariño”, sencillamente la “sobadita”, dolía más que una latigueada, veías al “diablo calato”. Por tal razón, para sus exámenes la mayoría tuvo que amanecer estudiando hasta memorizar todo el cuaderno y libro. En una oportunidad, a tanta insistencia un grupo de alumnos solicito una oportunidad más para aprobar el curso, BIEN HIJITOS dijo el maestro Cotrina, con su dejo cajamarquino, de baja estatura, de caminar pausado, les voy a dar una oportunidad más, el sábado les espero cuatro de la mañana en mi casa, por favor hora exacta, no acepto minutos antes, peor minutos después, hora es la hora, ya están advertidos, con esta recomendación el profesor se despidió. Así fue, llegó el sábado, los alumnos Bernal, Cavalíe, Mori y Chávez casi no durmieron, todos estudiaron en grupo y salieron con la confianza de aprobar el examen oral, inmediatamente caminaron con dirección a la casa del profesor Cotrina, aproximadamente más de quince cuadras, pero llegaron al fin al jirón Tarapacá cuadra dos por el barrio de San Pedro, ubicaron el domicilio y tocaron la puerta, una y otra vez, como no se abrió pensaron que el maestro se quedó dormido, comenzaron hacer “chacota”, se escuchaba hasta la esquina de Tarapacá con Leoncio Prado de la ciudad huanuqueña. A los minutos, llegaban más alumnos y de pronto la puerta se abrió y el profesor sale, pregunta HIJITOS quienes llegaron “tempranito” y “tocaron”, al instante responden Bernal, Cavalíe, Mori y Chávez ¡NOSOTROS profe! el maestro Cotrina con registro y lapicero en mano, tomo nota inmediatamente y reprendió al grupo de estudiantes “madrugadores”, por no respetar la hora exacta, ¿cómo es posible que toquen la puerta a las 3.30 de la mañana?, creen que mi casa es un bar, es una “chingana” para que puedan tocar de esa manera. Por tanto, ¡están desaprobados! Nos volvemos a ver el próximo año y aprendan a respetar las recomendaciones.
Una profesora
Un hecho particular sucedió a mediados de los años setenta, era por tradición ver en la plana de docentes profesores varones; pero, en los primeros días de clase se presentó la Srta. Lucrecia Ruiz, bien vestido ella con traje sastre, como profesora de religión, todos nos quedamos sorprendidos ¡esto no puede ser! ¡ya es el fin del mundo! Dijeron algunos compañeros, el brigadier salió para consultar con el director el tema, regresó confirmando, a partir de la fecha la maestra esta a cargo del curso de religión. A pesar que éramos alumnos de tercero de secundaria, no aceptamos tal decisión, bueno pasaron los días, se calmaron los ánimos y llegamos hasta el final de la asignación. Creemos fue una de las primeras profesoras que llegó como docente al Colegio Leoncio Prado en la década de los setenta.
Las “7 cuevas”.
El lugar preferido para la aventura y el misterio la “7 cuevas”, hasta donde llegaban los “vaqueros” del Colegio Leoncio Prado, se organizaban en grupos o por salones, se emprendía la travesía a pie hasta llegar a la parte alta de la quebrada de Puelles, hasta donde llegamos previsto de antorcha con mechero de kerosene o linternas a pilas, otros portaban hasta sogas. En fin, ya nos esperaba una boca como entrada o ingreso en el cerro, el interior totalmente oscuro, se prendía el mechero para iluminar el camino y comenzaban a danzar decenas de murciélagos casi por nuestras cabezas sobrevolaban, esto causaba terror, comienza la aventura, se podía observar tres túneles con entrada y salida, mientras los otros solo estaba la entrada y se desconocía el final del túnel, también estaba la cueva madre que era la más grande, corría un tufo de viento frio, era delgado los caminos al interior, unos se tropezaban y caían, mientras otros rampaban más para explorar la cueva, el uniforme totalmente maltratado resultaba al final. Como leyenda se manifiesta, está escondido un tesoro de oro y plata en la parte profunda de la cueva, muchas personas trataron de llegar, pero nunca lograron, hasta desaparecieron. Pero si, este recinto muestra yacimiento de oro y cobre de bajo porcentaje, se pudo observar paredes de color verdoso por la presencia de cobre calizo, hasta cuarzo se pudo hallar fácilmente. Ya en hora de la tarde todos de regreso luego de haber tenido una experiencia inolvidable de aventura y misterio en las 7 cuevas de la temible quebrada de Puelles, jurisdicción del jirca Rondos.