Estados Unidos y China han anunciado un acuerdo histórico para revertir la guerra comercial que ha afectado sus relaciones económicas en los últimos años. Tras dos días de intensas negociaciones en Ginebra, ambas partes calificaron las conversaciones como «profundas» y los avances como «sustanciales».
Aunque los detalles específicos del acuerdo aún no han sido revelados, se espera que este lunes se publiquen los términos concretos, incluyendo posibles reducciones en los aranceles que han impactado el comercio bilateral. Actualmente, los productos chinos enfrentan aranceles del 145 %, mientras que los estadounidenses tienen un gravamen del 125 %, lo que ha generado una situación de embargo comercial de facto.
El secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, destacó el espíritu de cooperación y respeto mutuo que prevaleció en las reuniones, mientras que el viceprimer ministro chino, He Linfeng, confirmó la creación de un mecanismo de consulta económico-comercial para abordar futuras disputas.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) celebró el acuerdo, calificándolo como un «significativo paso adelante» que podría beneficiar no solo a EE.UU. y China, sino también a la economía global.
Este pacto marca un giro en la relación entre ambas potencias y abre la puerta a una nueva etapa de cooperación económica. Se espera que las medidas acordadas contribuyan a estabilizar el comercio internacional y a reducir las incertidumbres que han afectado a los mercados en los últimos años.
