Por: Víctor Raúl Osorio Alania*
José María Arguedas Altamirano destaca en condición de bilingüe, literato, docente, antropólogo y abanderado de la interculturalidad, así marcó época con estilo diáfano y convocante. José María nació en Andahuaylas el 18 de enero de 1911 y expira en Lima, el 2 de diciembre de 1969. Resumiendo: ¡Arguedas polímata!
“Agua” (1935) de los Andes nutre a personas y culturas que reivindicas con pertinencia, en esa obra destella “Warma kuyay” o “Amor de niño”; después, “Yawar fiesta” (1941) prioriza la voluntad puquiana y lo hace visible, mientras tanto, en “Los ríos profundos” (1958) describe inmensidades y toma de conciencia que viajan por oquedades y cimas.
“El Sexto” (1961) refleja la realidad infrahumana del país, ahí está el testimonio que desangra flagelos de discriminación, los derechos humanos andan por los límites agudos de la cornisa. En lo personal agradezco tu cuota de interculturalidad mediante “Todas las sangres” (1964), un personaje conduce hacia los ayllus, de ahí a la visión y conocimiento andino, esa presencia real hecha literatura supera tu ausencia física.
Todo captura la atención en “El sueño del pongo” (1965) que expone a dos personajes en una hacienda. El patrón (misti) humillador resulta humillado mediante el relato del pongo. Justicia e injusticia destellan en este cuento.
“El zorro de arriba y el zorro de abajo” (1971, obra póstuma), discurre con actos personales y sociales. Mar, pescadores, harina de pescado, lugares procrean frases y oraciones hasta lograr su mayor anhelo, la obra misma.
Gracias maestro, de usted aprendemos que no hay persona ni cultura zafia, lo expones de forma inteligible y profusa. Cuando me siento taciturno en mi existencia de animal político recuerdo vuestra impetración previo avistamiento del cielo: ¡Kachkaniraqmi Arguedas o sigo siendo Arguedas!
WARMA KUYAY
NOCHE de luna en la quebrada de Viseca.
Pobre palomita, por donde has venido, buscando la arena, por Dios, por los suelos.
¡Justina! ¡Ay, Justinita!
En un terso lago canta la gaviota, memorias me deja de gratos recuerdos.
¡Justinay, te pareces a las torcazas de Sausiyok!
Déjame, niño, anda donde tus señoritas.
¿Y el Kutu? ¡Al Kutu le quieres, su cara de sapo te gusta!
¡Déjame, niño Ernesto! Feo, pero soy buen laceador de vaquillas y hago temblar a los novillos de cada zurriagazo. Por eso Justina me quiere.
La cholita se rio mirando al Kutu; sus ojos chispeaban como dos luceros.
¡Ay, Justinacha!
Zonzo, niño zonzo, habló Gregoria, la cocinera.
Celedonia, Pedrucha, Anitacha…, soltaron la risa, gritaron a carcajadas:
¡Zonzo, niño!
Se tomaron de las manos y empezaron a bailar en ronda con la musiquita de Julio el charanguero. Se volteaban a ratos, para mirarme, y reían. Yo me quedé fuera del círculo, avergonzado, vencido para siempre.
Me fui hacia el molino viejo; el blanqueo de la pared parecía moverse como las nubes que correteaban en las laderas del “Chawala”. Los eucaliptos de la huerta sonaban con ruido largo e intenso; sus sombras se tendían hasta el otro lado del río. Llegué al pie del molino, subí a la pared más alta y miré desde allí la cabeza del “Chawala”: el cerro medio negro, recto, amenazaba caerse sobre los alfalfares de la hacienda. Daba miedo por las noches; los indios no lo miraban nunca a esas horas, y en las noches claras conversaban siempre dándole las espaldas.
¡Si te cayeras de pecho, taita “Chawala”, nos mojaríamos todos!
Al medio del Witron, Justina empezó otro canto:
Flor de mayo, flor de mayo, / flor de mayo primavera, / por qué no te libertaste / de ésa [esa] tu falsa prisionera.
Los cholos se habían parado en círculo, y Justina cantaba al medio. En el patio inmenso, inmóviles sobre el empedrado, los indios se veían como estacas de tender cueros.
Ese puntito negro que está al medio es Justina. Y yo la quiero, mi corazón tiembla cuando ella se ríe, llora cuando sus ojos miran al Kutu. ¿Por qué, pues, no muero por ese puntito negro?
Los indios volvieron a zapatear en ronda. El charanguero daba vueltas alrededor del círculo dando ánimos, gritando como potro enamorado. Una paca empezó a silbar desde un sauce que cabeceaba a la orilla del río; la voz del pájaro maldecido daba miedo. El charanguero corrió hasta el centro del patio y lanzó pedradas al sauce; todos los cholos le siguieron. Al poco rato, el pájaro voló y fue a posarse sobre los duraznales de la huerta. Los cholos iban a perseguirle, pero don Froilán apareció en la puerta del Witron:
¡Largo! ¡A dormir!
Los cholos se fueron en tropa hacia la tranca del corral: el Kutu se quedó solo, al medio del patio.
¡A ése [ese] le quiere!
Los indios de don Froilán se perdieron en la puerta del caserío de la hacienda, y don Froilán entró después al patio.
¡Niño Ernesto!, llamó el Kutu.
Bajé al suelo de un salto y corrí hacia él.
Vamos, niño.
Subimos al callejón por el lavadero de metal que iba desmoronándose en un ángulo del Witron; sobre el lavadero había un tubo enorme de fierro y varias ruedas enmohecidas que fueron de las minas del padre de don Froilán.
Kutu no habló nada, hasta llegar a la casa de arriba.
La hacienda era de don Froilán y de mi tío; tenía dos casas. Kutu y yo estábamos solos en el caserío de arriba; mi tío y el resto de la gente habían ido al escarbe de papas, y dormían en la chacra, a dos leguas de la hacienda.
José María Arguedas Altamirano, Agua (1935)
COMPRENSIÓN DE TEXTOS
Nivel literal. 1. ¿Cuántos son los personajes vitales? (A) Cinco (B) Cuatro (C) Tres (D) Dos. 2. ¿Quiénes son? Menciónalos. (A) Kutu (B) Justina (C) Ernesto (D) T. A.
Nivel inferencial. 3. Traducción de Warma Kuyay: (A) Mujer con niño. (B) Amor de niño. (C) mucho cariño. (D) cariñoso.
- Si Julio el charanguero y flor de mayo son sinapsis, José María equivale a… (A) Disyunción (B) sinapsis-disyunción (C) prefijación (D) prefijación-sinapsis.
- Justinacha o Justinay, Pedrucha, Anitacha se consideran como… (A) Hidropónimo (B) Antropónimo (C) Topónimo (D) Hipocorístico.
- Procedencia regional del autor: (A) Cuzco (B) Apurímac (C) Huancavelica (D) Puno.
Nivel crítico-valorativo. 7. Ciro Alegría Bazán y José María Arguedas Altamirano son impulsores del indigenismo. ¿Cuál es tu opinión?
- Hizo bien Arguedas en reivindicar el quechua. Si ( ), No ( ), ¿Por qué?
*“El Puchkador de la Nieve”