
La polémica entre Elon Musk y las autoridades brasileñas alcanzó un nuevo nivel el pasado 6 de abril, cuando la red social X, propiedad del magnate, anunció que se vio obligada a bloquear ciertas cuentas populares en Brasil por orden judicial. En respuesta, Musk declaró su intención de levantar todas las restricciones impuestas por el tribunal, desafiando así las posibles consecuencias y argumentando que estaba luchando contra la censura.
Sin embargo, estas declaraciones provocaron una dura reacción por parte de la justicia brasileña. Un magistrado, en una decisión contundente, acusó a Musk de obstrucción a la justicia, incitación al crimen y amenaza pública de desobediencia a las órdenes judiciales. Además, señaló que las acciones de la plataforma X faltaban al respeto a la soberanía de Brasil.
El Supremo Tribunal Federal de Brasil ha incluido a Elon Musk como objetivo de una investigación en curso sobre la propagación de noticias falsas, y recientemente se ha abierto otra investigación en su contra por presunta obstrucción a la justicia. Estas investigaciones fueron ordenadas por el magistrado Alexandre de Moraes, quien está a cargo de un proceso sobre el uso de las redes sociales para difundir desinformación y ataques a la democracia.
La decisión de investigar a Musk fue anunciada después de que el magnate acusara públicamente al juez De Moraes de imponer censura en Brasil mediante sentencias para bloquear perfiles en la red social sin justificación.
Según la resolución del juez, Musk ha llevado a cabo una «campaña de desinformación» pública desde el sábado, en la que ha desafiado abiertamente las órdenes del tribunal de bloquear ciertas cuentas en su red social. Este nuevo enfrentamiento entre el empresario y las autoridades brasileñas intensifica aún más la tensión entre ellos y plantea serias interrogantes sobre el futuro de la relación entre la plataforma X y el sistema judicial brasileño.