“Yo Soy un Pillco Mozo”, vals inmortal de Isaac Villanueva Coz

Por Jorge Chávez Hurtado

Octubre de 1978, IV Festival de la Canción de Huánuco, estreno del flamante Coliseo Cerrado 15 de Agosto, Isaac Villanueva Coz, poeta y cantautor huanuqueño, presenta su vals “Yo soy un Pillco Mozo”; animaron ese evento artístico-cultural David Odría y Edmundo Panay Lazo, notables animadores; la comisión organizadora fue presidida por la alcaldesa Luisa María Cuculiza Torre. El vals de marras ocupó el segundo puesto. Hoy la canción de Isaac Villanueva ha pasado la valla del tiempo para su inmortalidad. Cuarenta y cinco años después está vigente, vital y emocionante, la interpretan tirios y troyanos.

En este artículo, exploraremos la riqueza lírica y melódica de esta magistral obra, una composición que brota del corazón de su autor y que nos transporta al mágico mundo social, cultural y paisajístico de Huánuco.

Desde el primer verso, el vals nos sumerge en la visión poética de Huánuco: “Vuelan las golondrinas sobre el tejado de mi ciudad, mientras danzan las flores al son de un canto primaveral”. En estas líneas, el autor celebra la belleza natural de su ciudad natal, teñida de colores y fragancias que solo el Huánuco de ayer podía ofrecer. La metáfora de las golondrinas y las flores evoca un ambiente de vitalidad y alegría.

Las «banderas teñidas de rosas» flamean en el viento, simbolizando la felicidad que fluye en el aire. Aquí, el vals nos lleva más allá de lo visual, permitiéndonos sentir la emoción que se anida en el corazón de la ciudad y de sus habitantes. Esta conexión profunda con el lugar se refuerza cuando el autor menciona los huertos de San Juan, cargados con el aroma de chirimoyas y guayabales en Quicacán. Huánuco se convierte en un lugar mágico, donde la tierra misma parece respirar tradiciones y fragancias. El nombre de la ciudad brilla como un lucero en el cielo, iluminando el alma de la nación peruana.

El autor rinde homenaje a las mujeres huanuqueñas, descritas en el vals con admiración mientras lavan sus coloridas prendas junto a las riberas del río Huallaga, cuando todavía sus aguas no estaban brutalmente contaminadas. La imagen de estas mujeres, con sus faldones de vivos colores que besan el suelo y sonrisas encantadoras, resalta la gracia y la fortaleza femenina de los años 70. A través de esta representación, el autor celebra la belleza y la autenticidad de su ciudad.

El protagonista de la canción se presenta como un «Pillco Mozo», un personaje mitológico y pétreo de Huánuco que da la bienvenida a todos los que llegan. Su amor por su tierra natal y su canto a las mujeres, bajo la luna llena, reflejan la conexión profunda que siente con su tierra natal.

El vals celebra la gastronomía local, mencionando platos como el locro de gallina, pachamanca y las chichas de jora y de maní. También celebra la vida con el exquisito guarapo. La canción culmina con una petición amigable: «Oye, compadre shucuy, dóblame el plato de cuy», un gesto que refleja la camaradería y el espíritu festivo de los huanuqueños.

En fin, el vals “Yo soy un Pillco Mozo” nos lleva de la mano a través de los paisajes, la cultura y el alma de Huánuco. Es más que una melodía; es un tributo a una tierra que late con vida, una tierra que celebra sus tradiciones y su gente. A través de su música y letras, nos recuerda la riqueza y la belleza que se encuentran en cada rincón del valle del Huallaga.

 

YO SOY UN PILLCO MOZO

(Vals huanuqueño)

Autor y compositor: Isaac Villanueva Coz

Vuelan las golondrinas sobre el tejado de mi ciudad,

mientras danzan las flores al son de un canto primaveral.

Banderas teñidas de rosas que simbolizan felicidad,

flamean sobre el suspiro que salen dentro del corazón. (Bis)

Bordado de mariposas se ven los huertos de mi San Juan,

aroma de chirimoyas y guayabales en Quicacán.

Tu nombre es como un lucero que alumbra el cielo de mi nación.

Huánuco pueblo mío de tradiciones sin parangón. (Bis)

Que lindas son mis paisanas cuando ellas lavan sus colorines,

al borde del gran Huallaga o a las orillas del río Higueras,

se muestran siempre orgullosas con sus faldones besando el suelo.

La gracia de su sonrisa es un encanto bajo su pelo. (Bis)

Yo soy un Pillco Mozo portero de mi tierra,

y doy la bienvenida a todo aquel que llega.

Yo soy un Pillco Mozo amante de su tierra

y canto a sus mujeres bajo la luna llena. (Bis)

Chicha de jora, chicha de maní quiero un locro de gallina,

traigan guarapo también para mí y doy gracias a la vida. (Bis)

Dame un campito en la banca, quiero comer pachamanca.

0ye, compadre shucuy, dóblame el plato de cuy. (Bis)

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